El Constitucional procederá penalmente contra el presidente del Parlament catalán
¡Ojo al dato! diría el clásico. La semana que viene -no pasará de ese plazo- el Tribunal Constitucional instará a la Fiscalía para que actúe penalmente contra el presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent, y varios miembros de la Mesa, por la reiterada tramitación de una propuesta a favor del derecho de autodeterminación y de la reprobación de la Monarquía. Torrent, y demás conmilitones, han desobedecido por tres veces las advertencias del Constitucional que, en uso de sus atribuciones, les advirtió que esa tramitación no se ajustaba a Derecho y que, en consecuencia, tendrían que suspenderla. Hicieron oídos sordos, se tomaron la resolución del Tribunal a chacota y, encima, proclamaron públicamente que procedían a desobedecerla. Pues bien, en estos días llegará la respuesta del TC en una decisión parigual a la que adoptó en el caso de la antigua presidenta del Parlament, Carme Forcadell. Ahora Forcadell está en la cárcel, el lugar donde puede dirigir sus pasos próximamente su sucesor, Roger Torrent.
La resolución adquiere una enorme importancia en un momento, a mayor abundamiento, en el que la Junta Electoral Central ha exigido a la cámara regional que designe al heredero de Quim Torra y en el que se espera, también en breve plazo, que el Tribunal Supremo confirme plenamente su decisión de inhabilitar como diputado del citado Parlament al político que todavía resiste en la Presidencia de la Generalitat. No hay duda sobre cuál será precisamente la sentencia del Supremo, la única incertidumbre radica en una cuestión puramente política: si el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez viajará a Barcelona para reunirse con el mencionado Torra aún en el caso de que este quede definitivamente inhabilitado. Es cierto, en todo caso, que la fábrica de intoxicaciones de La Moncloa ya ha filtrado que la entrevista se celebrará a pesar de que el TS se haya pronunciado por no suspender la susodicha inhabilitación, pero ¿qué ocurrirá si, como parece cierto, muy próximamente el Tribunal se introduce en el fondo de la cuestión e incapacita a Torra? Pues este cronista puede adelantar lo siguiente: aún, así, Sánchez, erre que erre, no renunciará a la reunión. Es más, por lo que se sabe, Sánchez aprovechará el desplazamiento y mantendrá otro sarao con los independentistas de ERC. Será una muestra más de hasta qué punto Sánchez prima la política de sus intereses personales por encima incluso de las más altas decisiones judiciales.
Y para conseguir que su estrategia -pura táctica improvisada por otra parte- cale en la opinión pública para que se convierta en inevitable, la factoría citada del gurucillo omnipotente Iván Redondo, se ha inventado una nueva maniobra de distracción o de disimulo para que la discusión nacional se centre en la hipotética reforma del Código Penal de 1995, Código que alumbró el entonces ministro de Justicia del PSIOE, Juan Alberto Belloch. Esta maniobra es -lo dicen de este modo en fuentes jurídicas, judiciales y constitucionales de absoluta solvencia- una argucia, una mentira más para entretener a los socios de ERC. Un trampantojo, para qué darle más vueltas. Ningún jurisconsulto serio se traga el anuncio del Gobierno del Frente Popular de aprobar esta reforma antes incluso del verano. Es tal el cúmulo de trámites de todo jaez que se deben cumplir durante el proceso reformista que éste podría durar, a juicio de los técnicos consultados por este cronista, no menos de dos años. En resumen, otra trampa, otra paparrucha más de Sánchez.
En todo caso, no desdeñemos el desprecio que el presidente siente por la Ley. Él irá a por todas, aunque no cuenta sin embargo con que en, último término el Tribunal Constitucional le impedirá cometer demasiada barbarie. Hace unas fechas, un letrado de esta institución se expresaba de esta forma en un conciliábulo confidencial: «De todas formas se las tendrá que ver con nosotros». Realmente, ya se las está viendo. En unos días, la Fiscalía procederá penalmente contra Torrent, parlamentario, recuérdese, de ERC. Como diría en otro tiempo el juez Javier Gómez Bermúdez, Torrent irá, como Forcadell, caminito de Mas d’Enric, de la cárcel en la que duerme desde hace dos años. Es el precio a su desobediencia, idéntico al que tendrá que pagar Roger Torrent. Algún día -ha dicho Emiliano García-Page- mentir y hacer lo contrario a lo que se promete estará en el Código Penal, lo cual a Sánchez le trae por una higa. Él se encuentra cómodo con delincuentes.